Aire.

Un cambio de aire. Una ráfaga de viento nuevo. Un no conocer a nadie por la ciudad. Un montón de gente por conocer, por bailar, por besar. Pero ¡ay!, llegas aquí, a tu ciudad de nuevo. Aire, necesito aire. No llevo ni cuatro horas y ya me quiero ir. Me cuesta respirar. Necesito ese aire que he probado. Montarme en un metro, sí, me he aficionado a los metros. Sentarme y dar vueltas bajo el suelo de la ciudad viendo a gente aparecer y desaparecer de mi vista en cuestión de segundos. Y que entre esa gente aparezca alguien interesante, alguien que me de esa brisa que necesito. Quiero sentir eso, aire en mi cara, un soplo de aire nuevo, y que diga esta vez sí.