Siempre la pena, merece la pena.

Que pronto han vuelto las noches sin dormir. Otra vez sola frente a todo. Tengo tanto miedo. No paro de tiritar, cada minuto que pasa es eterno. No sé por qué he estado tan ciega, y mucho menos entiendo por qué sigo así. Quiero quitarme esta venda, cogerla y tirártela a la cara con toda la rabia que guardo dentro. Porque esto no tenía que haber acabado así, porque quizás no me duela tanto el por qué, sino el puto cómo. Me esperaba otra cosa de esto, de ti. La gente me decía y yo hice oídos sordos a todo, ahora tengo que escuchar “te lo dije”, y no sé qué responder, no sé si responder. Me siento tan idiota. Algo dentro de mí explota segundo a segundo. Me lo repito, no levanto cabeza. Y ya no sé que voy a hacer, no sé cómo hacerlo. Toco el fondo con la yema de mis dedos, y siento tanto frío. Daría tanto por volver meses atrás, por haber tenido las cosas claras desde un principio. Volvería atrás y no me dejaría engañar. Y ahora lo tengo claro, se acabó. Te acabaste tú, me acabé yo, se acabó el resto. No sé cuando volveré a confiar, cuando volveré a querer. No lo sé y no lo quiero saber. Quiero que pase esta mierda. Quiero volver, volver a mí…