Vuelta.

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Entonces me doy cuenta de que las cosas no pueden ir mejor. Está ÉL, ellas, ellos. Gente que me muestra todo su cariño en unos días. Gente que viene y que no se va. 4 kilómetros arriba, 4 kilómetros abajo. Tardes de río, alcohol, nicotina, hierba, música y juegos. Palabras nuevas: pokero, bakala, porlar. Echaba de menos estos momentos en los que no paro de reír. Me acompañaran en la distancia: Toledo, Madrid,… Mi perroflauta, mi pijo, mi arquitecta… buenos ratos que necesitaba en ese pueblo y que ahora, aquí, los echo de menos. Necesito de ellos y de su inocencia. Son grandes, gigantes, campeones. Prometo volver el año que viene para ver una película, buscar un chico Telepizza o para ir a la fuente seca ;). Pero ahora necesito un poco de él. Sí, necesito que me estruje fuerte.



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