Vuela.

|

No sé en qué momento me perdí, en qué momento cambié. Empieza a amanecer y sigo en la misma posición que hace horas. Ni me muevo ni me apetece moverme. Enciendo otro cigarrillo, y el cenicero empieza a rebosar. La televisión está encendida, la escucho de fondo, a lo lejos. No presto atención a nada de mí alrededor. Se me podría caer la casa encima y seguiría aquí, sin moverme. Siempre he sido una hija de la que mis padres se sentían orgullosos. Y ahora, ahora les he fallado. Me he fallado a mí. Siempre exigente, perfeccionista y luchadora. ¿Ahora? Ahora no lo sé. Ahora estoy viviendo en una alcantarilla. Entre ratas y suciedad. Aquí abajo, debajo de todo lo que antes me rodeaba. Empiezo a estar agobiada, cabreada y asqueada. Mi cabeza rallada no me deja pensar nada más allá. Sólo me apetece viajar. Lejos, lejos de aquí, lejos de mí. Necesito reencontrarme. Necesito saber quién soy. No me pido nada más. Volver a salir, a vivir. Solo quiero volver. Pienso en cómo ha cambiado mi vida en unos meses. No lo sé, no encuentro una razón, no encuentro esa razón que necesito. Nunca me había esperado esta situación, nunca nadie había dicho algo malo de mí que me afectase tanto. Pero entre tanta mierda te tengo a ti, a vosotros. Con una mirada, una palabra o una visita me tiráis hacia arriba, conseguís mantenerme arriba durante horas. En el momento en el que la soledad me abraza, me caigo, me derrumbo. Me choco continuamente contra el suelo. Necesito volver arriba. Dejarme que lo haga sola, sin apoyos. Que salga de esta mierda por mis medios, con mis principios por delante, como he hecho siempre. Confiar en mí.


0 comentarios:

Enviar um comentário