Lo que intento decirte es que entiendo lo
que es sentirse el ser más pequeño, insignificante y patético de la humanidad y
lo que es sentir dolor en partes del cuerpo que ni siquiera sabías que tenías.
Y da igual cuántas veces te cambies de peinado, o a cuántos gimnasios te
apuntes, o cuántos vasos de Chardonnay te tomes con las amigas, porque sigues
acostándote todas las noches repasando todos los detalles y preguntándote qué hiciste mal o qué
pudiste malinterpretar. Y cómo puñetas en ese breve instante pudiste pensar que
eras tan feliz. A veces incluso logras convencerte de que él verá la luz y se
presentará en tu puerta. Y después de todo eso y aunque esa situación dure
mucho tiempo, vas a un lugar nuevo y conoces a gente que te hace recuperar tu
amor propio. Y vas recomponiendo tu alma pedazo a pedazo, y toda esa época
difusa, esos años de tu vida que has malgastado, empiezan por fin a
desvanecerse.
"Siento que el corazón
del uso me ha dado de sí, desatado
y dilatado, de tanto latir por ti. Que
te vaya bien... ¡Nada más
puedo decir! Que te he
dejado, pero no de quererte, que
te he olvidado, pero no de mi mente, que
siempre te tendré presente, desde
la hora del primer beso hasta el día de mi muerte"
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